Intervención militar, liberarlos y protegerlos, instar el Estado de Derecho y democracia

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Intervención militar, liberarlos y protegerlos, instar el Estado de Derecho y democracia

Dirigida a: Organización de las Naciones Unidas y 2 más

Nicaragua vivió este lunes una de las jornadas más violentas desde el inicio de la crisis, en abril, cuando comenzaron las manifestaciones contra el presidente Daniel Ortega. Los enfrentamientos de ayer entre estudiantes, antidisturbios y grupos parapoliciales dejaron por lo menos un muerto y más de 20 heridos, una radioemisora progubernamental incendiada y agresiones a periodistas, incluyendo un equipo de la agencia EFE que daba cobertura a los disturbios. Estos comenzaron por la mañana, cuando un grupo de estudiantes anunció que había tomado en protesta la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), importante centro de estudios hasta ahora controlado por el Gobierno del presidente Ortega.

La respuesta del Ejecutivo fue brutal. Ordenó asediar al campus y reventar el atrincheramiento de los universitarios en rebeldía, que respondieron con bombas artesanales y piedras. Por la tarde, mientras los hospitales trataban a los heridos, el mandatario sandinista anunciaba que estaba dispuesto a reanudar las negociaciones para hallar una solución a la crisis, pero sin cumplir con el cese de la represión, una de las exigencias de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), mediadora del proceso.

Este país centroamericano cumplió 41 días de protestas y violencia, que han dejado más de 70 muertos. Las manifestaciones comenzaron el 18 de abril, después de que Ortega impusiera una reforma a la Seguridad Social sin consenso. El presidente reprimió con ferocidad las protestas. Los días más cruentos de la represión fueron el 19, 20 y 21 de abril, con un saldo de decenas de jóvenes asesinados. Muchos de ellos murieron por impacto de bala que recibieron en la cabeza, cuello o pecho.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tras una visita a Nicaragua para conocer la situación de los derechos humanos, afirmó en su informe que recibió denuncias de que en la represión habrían sido usados francotiradores, lo que abría la posibilidad de ejecuciones extrajudiciales. También denunció el empleo de agrupaciones parapoliciales para reprimir las manifestaciones.

La violencia del lunes afectó el centro de negocios de Managua, la capital, donde están los campus de la UNI y de la jesuita Universidad Centroamericana, que ya había sido atacada la noche del domingo. Hasta esta zona capitalina fueron enviados oficiales antidisturbios, que se emplearon con dureza para sofocar los enfrentamientos: vídeos transmitidos a través de las redes sociales muestran a los oficiales montados en camionetas y disparando. Es una las zonas más activas de la capital, donde confluyen todos los días decenas de miles de ciudadanos y está llena de comercios, bancos, bares y restaurantes.

Los antidisturbios agredieron a periodistas que se habían refugiado en una gasolinera de la zona. Los periodistas denunciaron que los oficiales dispararon contra el local. Mientras, la agencia Efe informó de que su equipo compuesto por el fotógrafo Jorge Torres y la camarógrafa Reneé Lucía Ramos, fueron agredidos mientras daban cobertura a los hechos de violencia. “Cuando la Policía comenzó a disparar balines y balas de goma contra los manifestantes, los profesionales de la Agencia Efe se cubrieron detrás de las llantas de un coche estacionado, pero dos agentes que los descubrieron les exigieron que se incorporaran al grito de "¡que se levanten hijueputas!" mientras les propinaron algunas patadas y les zarandearon”, informó la agencia en un comunicado. En uno de los vídeos que circularon por las redes sociales, la cámara de Efe suplica a los antidisturbios mientras les grita que es periodista. “¡Justicia! ¡Justicia!”, clama desesperada la reportera.

Horas antes había sido incendiada la entrada de la Radio Ya, emisora progubernamental, desde la que el Gobierno critica a los manifestantes, llamándolos “vándalos” y “golpistas”. La radioemisora fue incendiada según un comunicado de la Policía Nacional por “delincuentes”, aunque las autoridades no dieron más detalles de lo sucedido en el medio de comunicación. El incendio pudo ser sofocado a tiempo, sin que se registraran daños a los equipos o personal de la emisora.

La mayoría de los heridos fueron atendidos en hospitales privados, dado el temor de los estudiantes a ser trasladados a centros de atención pública. En el Hospital Bautista falleció Gerardo Morales, de 24 años. En ese centro médico se atendían la noche del lunes otras decenas de heridos.

Mientras Managua vivía escenas de caos, el Gobierno anunciaba que estaba dispuesto a reanudar las negociaciones para hallar una salida a la crisis política, que además de las decenas de muertos y centenares de heridos, comienza a golpear la frágil economía nicaragüense.

El Gobierno, sin embargo, pidió a la llamada Alianza Cívica que participa en las negociaciones –conformada por estudiantes, representantes de la sociedad civil, empresarios y académicos– que hicieran un llamado público para que se levanten los bloqueos de carreteras que desde hace dos semanas se mantienen en puntos importantes de Nicaragua. Las negociaciones fueron suspendidas la semana pasada, tras la intransigencia del Ejecutivo de discutir las reformas para recuperar la institucionalidad del país. Está por verse hasta dónde está dispuesto a ceder el presidente, asediado por masivas manifestaciones que exigen el fin de once años de gobierno autoritario.

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